martes, 22 de junio de 2010

Allá y acá


Nadie olvida nunca el lugar donde nació. Una vez que uno deja el país y tiene vivencias en otro lugar, sabe que su corazón quedara dividido. Y si no que se lo pregunten a los españoles o a los italianos, entre otros, que viven en Uruguay.
Nunca dirá ninguno de ellos que no quisieran volver a su país, pero tampoco dirán que pueden dejar Uruguay con facilidad. En el han luchado, formado familia y amigos. Han tenido alegrías y tristezas, como en todo lugar, como la vida misma.
Yo soy un uruguayo que emigro en el año 78, con 21 años. Me vine a España y aquí he luchado, he tenido alegrías y también sufrido. Nunca pensé que me haría millonario al emigrar, pero si que intentaría vivir dignamente y hacer realidad mis ilusiones.
Así fue, aunque todo y en cualquier lugar depende de cada uno, de sus aspiraciones y su sentido del esfuerzo. También de una sociedad y política justa.
Después de alcanzar el bienestar deseado y sentirme plenamente integrado en esta nueva tierra, un accidente me dejo en silla de ruedas.
En todos estos años, y tengo ahora 53, he vuelto dos veces a Uruguay de visita.
No me he planteado nunca volver definitivamente, me siento bien aquí, lugar como cualquiera, con grandezas y miserias.
Pero nunca me olvido de Uruguay y de el barrio donde di mis primeros pasos y deje mi primera juventud, La Villa del Cerro.

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