Dicen que los restos del Golem están guardados en un ático
cerrado de una antigua sinagoga del
corazón de Europa. Con barro de las orillas del rio Moldava, el rabino Loew lo
creo para defender el barrio de Josefov, el gueto judío de Praga. El Golem
cobraba vida cuando el destacado rabino con sus artes cabalísticas pronunciaba una
combinación de las letras del santo nombre de Dios. Su engendro era obediente y
no hablaba, tampoco tenia alma. Esta visto que no hay creación perfecta, porque
el Golem se volvió violento. Entonces su
dios, es decir, el rabino Loew, le borro una de las letras de la palabra que
había escrito en su frente al darle vida. Judah Loew ben Bezalel murió en setiembre de 1609 y esta enterrado
en el cementerio judío de Praga.
Me cautivo tanto este asunto que sin quererlo me encontré
con un poema de Borges que resulta enigmático si uno no conoce esta historia.
El Poema se titula, El Golem.
Llegué a todo esto que no conocía mientras tomaba notas
sobre la Madre de todas las Ciudades o La Ciudad de las Cien Torres, como se le
dice a Praga, la capital de la Republica Checa. Dentro de pocos días viajaré al
corazón de Europa, a Praga. Ahora mi interés por la que dicen es una bellísima
ciudad es mas intenso, porque hasta ahora lo mas nombrado de Praga era la
“Primavera”. Por mi pasión por la fotografía conocía las fotos de Josef
Koudelka, fotógrafo checoslovaco que por
casualidad fotografió esa “Primavera”, aunque el principal motivo de sus fotos
fuero siempre los gitanos. Por lo visto Praga encierra cosas bellas y también
terribles, por quien sabe que causas, unas mas nombradas que otras. Como la del
líder de la Gestapo, Reinhard Tristan
Eugen Heydrich, el carnicero que desde el Castillo de Praga impuso su mano fascista
matando y deportando a miles de seres humanos. Un día, en una calle de la
ciudad, unos guerrilleros lo reventaron con una granada, hecho que origino una
cruel masacre en la población checa de Lídice.
Kafka, K…, Kundera, me voy a Praga a ver que me dicen sus
calles…
Sergio Andrada Lapenne, diciembre de 2012
Foto: En barco frente a las costas italianas. Mónica, 2010.