Ya eran viejas las
cachilas cuando en el 95 hice las fotos. Sí, estas fotos que hice para el
recuerdo y la memoria. Que contento he estado siempre de estas fotografías, no
sé la de veces que las reproduje. Sé que muchas cuelgan en casas de familiares
y amigos aquí en España. No olvido las veces que yo mismo las colgué para
alguna exposición. Cuanta satisfacción me dieron aquellos clics que hice con el
corazón. Hasta me atreví a dedicarles un pequeño texto que en aquel tiempo titulé Dinosaurios Mecánicos. Y ya va
para veinte años que las hice y que escribí estas palabras:
Montevideo, capital
de la nostalgia. Cuando leí esta definición en algún sitio publicada, de la
que es mi ciudad natal, quedó grabado en mi memoria. Después de algunos años de
distancia, en un viaje a esta ciudad donde tengo parte de mi vida y recuerdos,
quise sacar unas imágenes del encuentro de mis nostalgias con nostálgicos
encuentros. Evocadores y coloridos rincones y dinosaurios mecánicos que no
necesitan de un Spielberg que los rescate del tiempo. Imágenes sencillas con
las cuales mantuve diálogo fotográfico y el diálogo del corazón, donde lo subjetivo
no tiene pretensiones. Corazón, acción de obturador, armonía del color con lo
vital del metal, y miradas que siempre dicen cosas. .
Sergio Andrada Lapenne, 1995
Cada vez más dinosaurios…
Fotografias: S. Andrada Lapenne, 1995
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