viernes, 16 de diciembre de 2011

Navidades de ayer y de hoy

 

Eran los días de navidad del año 1984, y en aquel año, Sandra tenía cinco años y Liliana dos.
El tierno gesto y las sonrisas me conmueven.Y yo era un padre feliz, con 28 años, que me preocupaba el mundo pero no me asustaba la vida. Ahora esta imagen me trae los recuerdos en la inocente alegría de mis hijas y la humilde rama de pino que adornamos como árbol de navidad. La foto es de rollo, como era normal en la época, de negativo, para entendernos. Ahora los avances me han permitido escanearla, restaurarla, archivarla en mi PC y compartirla.

Pero no han cambiado tanto las cosas, la navidad sigue siendo la misma, sus mensajes siguen siendo los mismos, repetitivos y huecos y que enseguida caducan. Y así hasta la próxima.
Sandra y Liliana ya son grandes y todos somos menos inocentes. Queda feo decir que todo tiempo pasado fue mejor y cuesta decir que hay un futuro de esperanza.

Sólo puedo asegurar que he sido y soy un padre orgulloso y feliz.



Foto: Vilanova i la Geltrú, 1984.
Sergio Andrada Lapenne

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